Obras Chillida Leku
Selección de obras de la colección que alberga el Museo
Lo profundo es el aire
El título de la obra proviene de un verso del poeta vallisoletano de la generación del 27 Jorge Guillén. Los dos autores se conocieron en Harvard en 1971 donde nació su amistad. Años más tarde, Chillida quiso hacerle un homenaje y releyendo su obra encontró este verso: “Más allá, lo profundo es el aire”. Aquel fue el nexo entre los dos artistas. Esta serie nace como tributo al poeta: “Cuando le hice un homenaje a Jorge Guillén, primero estuve releyendo toda su obra para tratar de encontrar algún concepto en el que pudiéramos estar en el mismo terreno los dos. Lo encontré en Cántico. En un lugar dice “Lo profundo es el aire” un concepto perfecto para mí.”
Todas las esculturas de la serie le sirvieron como indagación para su proyecto irrealizado en la montaña Tindaya en Fuerteventura. Su punto de partida fue una primera escultura en alabastro de 1984, Mendi Huts, que significa montaña vacía: “Hace años tuve una intuición, que sinceramente creí utópica. Dentro de una montaña crear un espacio interior que pudiera ofrecerse a los hombres de todas las razas y colores, una gran escultura para la tolerancia. Un día surgió la posibilidad de realizar la escultura en Tindaya, Fuerteventura, la montaña donde la utopía podía ser realidad. La escultura ayudaba a proteger la montaña sagrada. El gran espacio creado dentro de ella no sería visible desde fuera, pero los hombres que penetraran en su corazón verían la luz del sol, de la luna, dentro de una montaña volcada al mar, y al horizonte, inalcanzable, necesario, inexistente...”
Lotura XXXII
Esta colosal escultura de acero de más de 64 toneladas de peso fue realizada en la forja industrial de Sidenor de Reinosa, Cantabria. Eduardo Chillida eligió la forja antes que la fundición porque los procesos son radicalmente distintos. Chillida no trabajaba con moldes ni con metal fundido en sus obras. Forjar un hierro es luchar con él. Y únicamente se puede actuar sobre el trozo que se ha calentado previamente. Mediante la forja, Chillida forzaba el hierro, pero le permitía que se expresase libremente dejando que la materia se expanda y se contraiga en las curvas de manera natural. El acero utilizado en sus obras es de tipo Corten, donde la capa superficial tiene una aleación de mucho cobre y es una protección antioxidante frente al exterior. Chillida no daba por terminada la obra hasta que no se desprendía una primera cascarilla de óxido que tenía un color extremadamente naranja. En el museo se pueden apreciar distintas tonalidades de acero en las esculturas. Cuanto más oscuras son, más años tiene la pieza. Lotura [nudo o unión], está formada por dos piezas de acero macizas. La pieza superior muestra el juego característico de esta serie. Se trata de cuatro brazos anudados que surgen de un mismo bloque. La pieza inferior es la base en la que se ensambla.
Buscando la luz I
La realización de esta monumental pieza de 22 toneladas entrañó una gran dificultad técnica. La obra está compuesta de tres láminas distintas de acero, totalmente asimétricas y unidas entre ellas por una serie de remaches. Al rodearla se obtienen dos ópticas distintas: la contraposición de lleno y vacío. Desde la parte posterior, se observa una pieza maciza que se eleva orgullosa hacia el cielo. Desde su parte delantera, se descubre la apertura, el espacio, el vacío. El espacio, para Chillida, debía ser accesible. Una vez dentro de la escultura, sus propias formas, como olas, parecen adquirir movimiento y conducen la mirada hacia arriba buscando la luz, queriendo alcanzarla en un sentido tanto físico como poético y espiritual.
De música III
La presencia de la música en la vida de Chillida fue una constante. Contrapunto, Música de las esferas, Música callada o la serie De música son algunos títulos que muestran su relación con la armonía, el ritmo y el sonido. Concretamente las esculturas de la serie De Música están inspiradas en la lectura de un texto de San Agustín, en el cual el filósofo aborda la música y sus particularidades métricas como un medio para comunicar con la divinidad.
Entre los compositores venerados por Chillida se encontraban Vivaldi, a quien dedicó dos homenajes, y Mozart, a quien consagró una de sus infinitas preguntas: “¿Por qué Mozart compone la mayor parte de su música con movimientos rápidos? ¿No será que intuye que no tiene tiempo, que por desgracia no caben en su obra demasiados adagios?”. Sin embargo, fue por Bach por quien sentía una mayor admiración, y quien ocupaba un lugar privilegiado en su pensamiento y en su creación.
Esta escultura iba a ser colocada en la plaza de la catedral de la ciudad de Bonn. Finalmente, por modificaciones en el proyecto, Chillida realizó otra obra para Bonn y De música III permaneció en el museo. Su forma está inspirada en la planta de la catedral, los semicírculos aluden estéticamente a la forma del ábside.
Consejo al espacio IV
“Desde el espacio, con su hermano el tiempo, bajo la gravedad insistente, sintiendo la materia como un espacio más lento, me pregunto con asombro sobre lo que no sé. Trabajo para conocer y doy mayor valor al conocer que al conocimiento. Creo que debo de tratar de hacer lo que no sé hacer, intentar ver donde no veo, reconocer lo que desconozco, identificar en lo desconocido. En estos procesos, similares a los de la ciencia creativa, existen muchas dificultades.”
Toda la obra de Chillida está marcada por la dialéctica entre la materia y el espacio. Fue una de sus mayores preocupaciones. Le interesaba el diálogo entre lo lleno y lo vacío, pero para que ese diálogo funcione, la materia sólo puede ser materia maciza, porque si fuera hueca contendría en su interior un espacio escondido e inaccesible, lo que para él equivalía a una trampa. El espacio tiene que ser visible y accesible. El escultor creaba espacios habitables para el espíritu, lugares de encuentro con la obra y con uno mismo.
Arco de la libertad
This work is a clear example of the importance that Chillida placed on the particular environment where his sculpture would be installed. The Arco de la libertad was commissioned by the city of Paris for a central square and the original project included an area for pedestrians only. Chillida was enchanted by the idea and began working on the sculpture. Once complete, Chillida was told that the square would not, in fact, be closed to vehicles. In view of these new parameters, he declined to deliver the piece and left the sculpture instead in a strategically chosen location in the museum. The positioning of the Arco de la libertad marks the space between the open fields and the wooded area, as well as the start of a boulevard that connects the country house with the English-style villa.
Chillida's sculptures are imbued with a strong ethical component and a clear concern for human rights. Using a purely abstract language, the sculptor shows his concern for safeguarding universal values that belong to all men and women across the world—values such as peace, tolerance, fraternity and liberty. With this work, in the form of an arch open to the sky, the artist translates the concept of freedom to a sculptural language. The piece can be experienced corporally, and Chillida invites us to approach it also from a philosophical dimension.
Homenaje a Balenciaga
Los homenajes han estado muy presentes dentro de la trayectoria artística de Chillida. El artista realizó más de un centenar de obras dedicadas a diversas personalidades, artistas, escritores, músicos, poetas o filósofos, que tuvieron una especial importancia para él. Caminando por el museo se encuentran obras dedicadas a George Braque, a Jorge Guillén, a Luca Pacioli, a Fleming o la escultura dedicada al diseñador Cristóbal Balenciaga.
Su relación con Balenciaga se remonta a su más tierna infancia. La artífice de aquello fue su abuela materna Juana Eguren. Propietaria de dos hoteles de San Sebastián, fue una mujer excepcional a quien Balenciaga visitaba asiduamente acompañado de gente relevante en el mundo de la moda. La abuela Juana fue un gran apoyo para el modisto en el momento decisivo de dejar Guetaria. Ella le animó a viajar a París para desarrollar su vocación. Años más tarde, Chillida entabló amistad con el hombre humilde, sensible e inteligente que fue este maestro del dedal. La elegancia de esta obra remite a los mejores modelos del diseñador. Las dos piezas de acero generan un espacio en su interior que sugiere una silueta de mujer perfilándose entre los bloques.