Meditación con Miró y desayuno en Lurra Café

«Que mi obra salga de una manera natural, como el canto de un pájaro o la música de Mozart, sin esfuerzo aparente, pero largamente meditada y trabajada por dentro”. Joan Miró

Esta sesión de meditación con la obra de Miró es una invitación a escuchar el silencio al que el artista otorgaba una gran importancia, a observar y a estar atentos a lo que nos rodea. La primera planta del caserío Zabalaga donde se despliega la exposición es el espacio que acoge esta especial actividad. El hecho de meditar conecta en cierto modo con el proceso de trabajo de este gran artista que conduce nuestra mirada hacia lo humilde, hacia lo más sencillo, pero que con su mirada se vuelve pura poesía.  Las enseñanzas del budismo zen y la espiritualidad del lejano oriente tuvieron una enorme influencia en la forma de trabajar de Miró. En su trabajo es notable el influjo de lecturas como el “Zen en el arte del tiro con arco” de Eugen Herrigel, “El libro del té” de Okakura Kakuzo o los escritos de Hokusai. En su primer viaje a Japón, la visita al jardín Ryoan-ji le conmocionó, permaneciendo largo rato sentado en actitud de contemplación. Temas como el vacío y la nada, la continuidad y la eternidad se introducen en su trabajo por su interés en las filosofías orientales. La obra de Miró a pesar de parecer espontánea está sujeta a un rigor muy estricto, a un trabajo medido y meditado durante largo tiempo. Cada obra es fruto de la reflexión y el silencio, de un proceso de introspección que le conecta con su ser más íntimo, pero también con lo universal. Es un proceso de condensación que le conduce a quedarse con lo esencial. Durante esta sesión trataremos de permanecer en el presente y de concentrarnos en lo que importa.

Recomendamos traer ropa cómoda, una esterilla y un pequeño cojín.