Mientras por otro lado, tras el caserío se localiza la zona boscosa más frondosa, donde las esculturas están realmente integradas en el bosque cercadas por los árboles.
En el jardín las esculturas pueden ser tocadas para poder sentir las diferentes texturas, e incluso experimentadas desde dentro, ya que algunas de ellas albergan espacios en su interior que pueden ser transitados por el visitante. Las obras admiten ser rodeadas y contempladas desde diversos puntos de vista.