San Sebastián, Donostia en euskera, presume de una bahía circular con aguas cristalinas y playas de arena blanca. A lo largo de la historia ha atraído a gente del más alto estatus en busca de sol y sofisticación. Ello hizo famosa a la ciudad durante la Belle Époque e hizo que la reina regente María Cristina estableciese aquí su residencia real durante el verano. La evidencia de este exquisito pasado se puede apreciar todavía hoy en día en San Sebastián.
San Sebastián es también famoso por sus pinchos. El mejor lugar para probarlos es la Parte Vieja, encantador casco viejo famoso por su alta concentración de bares, ¡la mayor del mundo! Aquí donde el pincho es rey y la comida es tomada muy en serio.