Homenaje a Luca Pacioli
Realizada en la forja de Patricio Echeverría en Legazpia.
Luca Pacioli fue un clérigo franciscano del siglo XV, de ahí la utilización en esta obra del símbolo de la cruz por parte de Eduardo Chillida. En función de la luz, la sombra de la cruz de acero se refleja en el suelo bajo la escultura. En la superficie se descubre el trazo inconfundible de Chillida. El dibujo horada la superficie maciza del hierro, dejando un hueco, un volumen aéreo que conecta el suelo con el cielo.
Pacioli desarrolló importantes investigaciones en astronomía, matemáticas y otras ciencias convirtiéndose en el baluarte de los sabios y artistas del renacimiento. Fue autor junto con Leonardo Da Vinci de la Divina Proporción.
Esta obra es un elogio al astrónomo, de ahí que le hiciera una mesa especial de grandes dimensiones. Está apoyada sobre tres puntos de apoyo y la colosal superficie de acero parece flotar ingrávida a pesar de su peso. Juega así con la relación entre lo bidimensional, con una superficie aparentemente plana, y la tridimensionalidad.
El número tres ha estado siempre vinculado a su obra. El tres tiene connotaciones religiosas, matemáticas y filosóficas de gran calado. Congrega el presente, el pasado y el futuro.